Fugain se planta en la comisaría para informar de que hay un cadáver en la entrada de su edificio. Lo que no espera es toparse con el capitán Buron, que le someterá a un arduo interrogatorio, a cada frase más delirante. Maestro del absurdo, Quentin Dupieux se traslada a la Francia de los setenta, se encierra en una comisaría y da rienda suelta a una comedia recibida con honores por la crítica gala.