En el siglo XVIII, los samuráis que llevaban a cabo actos de venganza eran compensados económicamente por los clanes a los que pertenecían. Un joven samurái que llega a Edo (actual Tokio) con el propósito de vengar a su difunto padre busca a su enemigo por toda la ciudad. El problema es que, además no saber manejar la espada, no tiene realmente ganas de ejecutar su misión. Alojado en una vivienda pobre, pero rica en relaciones humanas, aprende a apreciar de la vida y empieza a cuestionarse el sentido de la venganza.